domingo, 7 de noviembre de 2010

Adios querido amigo.

Fueron sus ultimas palabras, mientras recostaba su cabeza en la fria almohada, contaba sus respiros, lentamente cerro sus ojos para dormir tranquilamente.

Tan sublime fue ese momento, ver su sombra inherte caminando hacia el vacio, volteando hacia mi con una sonrisa tan profunda, mis ojos se llenaron de lagrimas, mientras mi voz se quebraba al recordar esos momentos.

Tu sombra guarda mil historias, una libreria de cuentos que compartiamos.

Siempre seras extrañado viejo amigo, seguramente nos volveremos a encontrar.