En un segundo estamos
volando y al siguiente estamos mirando hacía arriba, anhelando el momento en el
que chocábamos con las nubes y estas reían con nosotros, una dulce melodía que
agonizaba de dolor y a la vez lloraba de felicidad, pero ah decir verdad jamás
las llegue a escuchar, solo veía sus rostros desvaneciendo en el aire.
–Silencio–
Se nubla la vista y todo se vuelve gris, entran las dudas en los
actores y estos comienzan a correr como gallinas despavoridas sin guión; cae el
telón y todo se vuelve tan denso que el aire se convierte en cemento, el
publico comienza a morir lentamente, excepto un hombre que se para y grita
"¡falacias!"
Entupidos actores sobre pagados, su estupida y miserable vida no se
compara a la que el actor original, cada línea era un minuto menos de vida,
cada punto y coma devoraban su esencia poco a poco hasta no dejar absolutamente
nada restante; el publico se queda mudo.
El productor sale a escena y muere.
Nadie supo como se llamo la obra.